Basta, no disparen más.
¿Acaso no ven mis brazos extendidos al cielo?
¿No ven en mi mano la bandera blanca?
Estoy gritando ¡Me rindo!
No sé qué Dios me arrojó a esta arena
A enfrentarme con fieras,
A
creer en mis ideas y pelear por ellas.
Pero
ya no puedo ni quiero
Continuar
batallando por el sin sentido.
Déjenme
entregarme, no tengo más fuerzas,
No
hay en mi alforja más municiones,
Me
tiemblan las manos, el fusil me pesa.
Me
ahogo, me hundo,
No
puedo ni quiero
Seguir
en este mundo.
No
disparen más, estoy suplicando,
Me
rindo, me entrego,
Estoy
en sus manos,
Hagan
lo que quieran…
Doloroso. la rendicion tiene siempre sus pro y sus contra. Sus dobles miradas. En alguna es la cobardia, en otros la devilidad.... Tambien es la entrega y la esperanza.
ResponderEliminarBuen escrito. Lo sigo masticando. Besos
Podemos agregar instinto de supervivencia, sentido común, rebelión contra la infamia, y así seguiríamos con cientos de ejemplos, en definitiva, el soldado es el obrero, nunca el estratega, y claro, en algún momento comprenden el poco sentido de una guerra, sus fuerzas se debilitan entonces, y no hay otro camino que rendirse. Gracias por tu visita y por unirte a mis seguidores, Ocaso De Luna, un abrazo.
EliminarTodas les guerra son inútiles, sin sentido, gloria para los malditos, los ambiciosos, los corruptos y los poderosos. ¿Quiénes la desean? Ojala y un día el pueblo recupere la cordura y, mediante la forma más pacífica conocida... eche a esas fieras del poder al circo de sus nefastas acciones e ideas. Bello, aunque doliente poema, mi querida amiga Myriam. Un fuerte abrazo y feliz jueves.
ResponderEliminarNo sé si nosotros llegaremos a ver ese milenio de paz y amor tan prometido, Frank, pero definitivamente, creo en él. La humanidad tocó fondo, sólo cabe el cambio o la destrucción absoluta del planeta, y con ello, la del ser humano. Un abrazo, feliz fin de semana.
EliminarSupongo que llega un momento que las fuerzas fallan, entonces nos rendimos ante nuestro propio destino, a veces tan opresor
ResponderEliminarun beso , grande !
La guerra siempre es opresora, MaRía, no importa cuáles sean los fines. Los poderosos, maquiavélicos ellos, usan cualquier medio con tal de obtener lo que se proponen. Recuerdo cuando nuestros próceres usaban las armas para defender el territorio, y hoy, para adueñarse de las riquezas de otros territorios. Se acabaron los próceres... Un besote, querida amiga. TKM.
EliminarQuerida Myriam, cuanto impotencia en tus letras que triste resulta cuando se ven tantas injusticias y no se puede hacer nada.
ResponderEliminarBesitos!!! Y feliz día.
Me queda la esperanza, amorosa Pastora, de que algún día, todos los soldados arrojen sus armas ¿Qué harían los estrategas? Nada, son minoría, son los que planifican desde cómodas butacas, pero sin esos miles de jóvenes en la trinchera, de nada les serviría planificar robo a través del dolor. Mil gracias por tu presencia y comentario. Besos!!!
EliminarEl poema me resulta muy bien...pero, no te rindas!
ResponderEliminarBeso
Jamás me rendiré, Pichy, es una promesa. Besos
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