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sábado, 7 de diciembre de 2013

LA PALABRA- COMUNICACIÓN Y PODER (Dialogando conmigo misma)







*Cuida tus palabras, piensa antes de pronunciarlas, no olvides que, como la flecha, cuando las lanzas, no hay retorno.


*Y si debes reclamar, modula tu entonación. Puedes decir lo que quieras, pero cuida la manera.

*No des consejos que nadie te ha pedido, no ofrezcas aquello que no te demandaron.

*Sonríe cuando hablas, y notarás cómo las palabras se endulzan, se tornan tenues melodías, conmoviendo al receptor.


*Se firme en lo que digas pero no te pienses dueño de la verdad, cada cual tiene la suya  ¿De quién es, en realidad?

*Las palabras son los signos que nos vuelven personas. Significados y significantes deben emitirse con sabiduría, invitando a la reflexión o entregando esperanza.

*Mas no olvides el viejo refrán que dice que si eres esclavo de tus palabras, eres el dueño de tus silencios ¿Cuál será el conveniente? 
Si pudiste discernir, entonces no hables por hablar. 

*Desiste de los soliloquios que de tanto rumiar, han perdido el interés en los otros.

*Convivimos bajo una misma atmósfera, no la contamines con palabras insidiosas.



UN PEDACITO DE CIELO

Allí, en ese cofrecito de terciopelo rojo enfundado en seda blanca, guardo la gotita de amor que a tu modo me entregaste. No tiene valor sino a través de la acción, más debo ocultarla pues si me la arrebatan, se secarían mis ojos por la pérdida irremediable.
El mundo está sediento de sales, quieren beberla toda, a raudales, de los mares, de tus ojos, de los míos, hay sed de dolor y amor, hay deseos de despojo.
No será mi gotita de amor la que bebas, cruel humanidad…tal vez te sirvan mis lágrimas ¡Llévatelas, yo no las quiero más!  Si es que todavía me quedan

Voy a guardar el cofrecito de rojo terciopelo en los confines de mi corazón…no será mancillada mi gotita de amor…si el amor me negaste, hoy me lo entregaste cubierto de seda blanca y así ha de perdurar por los siglos de los siglos. No importa que ya no esté, que mis huesos no se articulen, que mis músculos se debiliten, que mi carne se pudra…la gotita de amor vivirá eternamente en su cofrecito de terciopelo rojo tan suave como tus manos cuando las mías rozaron al momento de entregármelo…hace ya un lustro desde entonces y los brillantes siguen destellando la fragancia de tu alma…