Allí
están de nuevo ellas, las malditas hienas que esperan ansiosas que me cause una
herida para succionar mi sangre, no sin antes cercarme en manada pues las
viles, las malvadas, solas no pueden.
Me
temen, saben de mi fortaleza que se oculta tras la ingenua sonrisa y mirada
angelical; entonces deben agruparse porque de no hacerlo, destrozarlas una a
una sería como pisar un castillo de arena y convertirlo en un montículo
humedecido por el agua de mar.
Pobrecillas…Inmundas
y babeantes bestias relamiéndose por unos huesos con casi nada de carne. Y sí,
debo reconocer que he perdido peso pues no sólo sangre derramo, también mi
osamenta se va disolviendo mientras la masa muscular se va atrofiando, pero
ellas igual me quieren devorar pues mientras yo exista, no tendrán paz.
Soy esa
en la que se reflejan; soy agua de manantial donde descubrir los desengaños de
sus presencias; soy quien ha logrado lo que ellas no pudieron y no podrán pues
quien posee un corazón de piedra del que emana hiel, sólo veneno ha de correr por
sus vasos sanguíneos, e inevitablemente irán muriendo infectadas con su propia
ponzoña. He aquí la razón de su estúpida parálisis frente a mí.
¡Ah,
las muy imbéciles! ¿Acaso piensan que mi sangre sorbida por sus repulsivas
lenguas, será transportada a sus organismos? No, no, van por el camino errado.
Mi sangre ha de coagularse y cada grumo que engullan sólo servirá para
volverlas dementes pues vayan sabiendo ¡Desde mi propia demencia voy a
devastarlas aunque en ello me vaya la vida!
Si he
de pelear lo haré con dignidad. Si he de morir lo haré sabiendo que hice lo
correcto ¿Y ustedes? ¿Qué harán en el caso de que me hayan revolcado en el limo
donde habitan? ¡Ah, se están mirando con desconfianza! Se preguntan cuál será
la próxima, y esa solamente está entre ustedes ya que yo he sido la única
humana que osó convivir en el confín del mundo con seres repugnantes.
Consumado
mi cometido, me elevaré a los cielos, seré serafín o quizá nube, tal vez
lluvia, una estrella o…ese espíritu que ha de perseguirlas por los siglos de
los siglos…Amén.