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martes, 27 de marzo de 2012

sábado, 24 de marzo de 2012

SOBRE EL CUENTO "RENACER"

Estimados seguidores y amigos, acabo de subir el último capitulo de este cuento. Para poder entenderlo (hago esta aclaración pues muchos lo han leído sin seguirlo desde el principio) deben ir a la página principal donde hallarán todas las partes, once en total, comenzando desde abajo (parte uno) para concluir en EL FINAL. Muchas gracias.
                   MYRIAM JARA- LA ETERNA POETA DISCONFORME

RENACER- PARTE 11 - EL FINAL

También Ignacio se durmió entre sollozos, estaba consciente que había llegado el momento de despedirse de Agustina para siempre. La amaba hasta el punto de sacrificar su vida por ella pero no, ella no podría subsistir sin él.
-El mundo es cruel, las personas son crueles, jamás la aceptarán, la hostigarán, la infligirán, repudiarán, todas las puertas se cerraran para ella, la sociedad le daría la espalda, no van a alcanzarle las lágrimas para extirpar tanto dolor, para sobrellevar una existencia dura como la que tenía. Agustina, mi pequeña y frágil Agustina, tan necesitada de amor que sólo yo puedo darte, yo que te conozco desde lo más recóndito de tu ser, yo que penetro en tu mente y leo tus pensamientos...Sé de tus anhelos y ternura, de esas enormes ganas de vivir con identidad propia, de mostrar al mundo que tenés mucho talento para ofrecer a la humanidad...
El agotamiento lo hundió en un sueño profundo, agitado, confuso, una pesadilla en la que Agustina lo había acuchillado. La gente se arrojaba sobre ella al grito de "Asesina, asesina". Corrí, Agustina corría en el intento de huir de esa horda enfurecida pero no pudo, finalmente la atraparon, le ataron las manos, la subieron a una tarima y le pusieron la soga al cuello. Dejó de pedir clemencia, gemía en silencio, conservando la dignidad pero las lágrimas fluían sin que pudiera evitarlo...Lloraba por Ignacio, por ella, por el mundo que la supo comprender, un mundo del que ya no le interesaba ser parte. Mató por la vida y se asoció a la muerte.

Ignacio se despertó abruptamente, aún con la visión de Agustina a punto de ser ejecutada. Se sentó en la cama intentando recobrarse, sopesando la situación, todavía estremecido por esas imágenes tan vívidas. Pensó en su triste realidad, tan injusta que era imposible de sostener. Tenía que tomar una decisión respecto de Agustina, esa débil mujercita que pugnaba por ocupar el espacio de él, que quería apoderarse de su vida pues otra no tenía, ella sólo existía para Igancio, sólo para él era valiosa, el resto, sin siquiera darle una oportunidad, simplemente la despreciaban.Había probado y no lo resistió, no era un camino que ninguna mujer desearía pero hay quienes lo sobrellevan pero no ella y otro no tenía...
Abrió la puerta del ropero, buscó los jeans de Agustina, la remera roja que dejaba al descubierto su ombligo, las botas con tacones y se sentó frente al espejo. Se miraron, lloraron juntos, ambos conocían el final...No podían convivir pero tampoco separarse, eran dos en uno, indivisibles como los átomos...Se miraron por última antes de unir sus labios en un último beso.
Ignacio fue a la cocina, tomó el cuchillo más grande y con paso seguro volvió a la habitación para ocupar su lugar frente al espejo, punto de encuentro para reconocerse el uno en el otro; cerró los ojos y dijo:
-Esto no es por vos, deliciosa criatura, mi querida Agustina, es por la vida que no  quiso concedernos un lugar, una oportunidad, aceptarme con mi parte femenina...
Agustina asintió dócilmente con una leve inclinación de cabeza, no sin antes regalarle su más bonita sonrisa aunque él ya no podía verla. El cuchillo abrió la garganta de Ignacio, Agustina se desplomó sangrando, Ignacio se arqueaba en su última agonía mientras la sangre empapaba la remera roja que se adhería al cuerpo de Agustina, tiñendo sus botas con sangre, las blancas botas que resaltaban la belleza de sus piernas femeninas. Agustina agonizaba, Ignacio también. Una última mirada antes del último estertor...Sonreían, supieron que estaban libres y juntos por siempre. Más allá de las incomprensiones y los prejuicios...habían vuelto a renacer.
                  Imagen tomada de Internet

                                       FIN

"NO A LA DISCRIMINACIÓN, SÍ A LA ACEPTACIÓN, NO A LOS PREJUICIOS, SÍ AL DERECHO DE SER LO QUE SE ES"

jueves, 22 de marzo de 2012

RENACER - PARTE 10

El sueño fue agitado, cargado de pesadillas. Ignacio y ella se batían a duelo; la gente aclamaba a Ignacio mientras Agustina era apedreada, cayendo en el campo de batalla, el lodo que la cubría, la piel sucia y lacerada le provocaba agonía, lloraba pidiendo clemencia pero nadie la escuchaba, el público exaltaba a Ignacio, lo llevaban en andas al tiempo que ella era arrojada a la jaula de los leones que, con las fauces abiertas y los ojos brillando, se aproximaban lentamente. A punto estaba de ser devorada cuando despertó. Le llevó unos segundos comprender que sólo había sido una pesadilla, no había jaulas ni leones, sólo la oscuridad reinante en la pieza...Oscuridad...Toda su vida había sido oscuridad...
                    Pintura de Alejandro Nis


Continuará...

miércoles, 21 de marzo de 2012

RENACER - PARTE 9

Volvió al amanecer, se sentó frente al espejo, se arrancó la peluca y la arrojó con odio. Se miró con lástima...Pobre infeliz, la reina de la noche manoseada por unos cuantos viejos asquerosos a cambio de unos pocos billetes. Ignacio tenía razón, la calle era dura y la sociedad, una venerable mierda. 
¿Por qué no podía ser una estrella? ¿Por qué tenía que arrastrarse por el fango, deshonrarse, humillarse para llevar un bocado a la boca? 
-Qué diferente hubiera sido todo si mi familia te hubiera aceptado, Agustina. Tendríamos un hogar, un plato de comida caliente, podrías haber estudiado danzas y vivir de tus shows. No era eso lo que me deparaba la vida...Pobre tiíta...Debe estar sufriendo más que yo al ver que no tuve agallas para pelear como ella, no soy tan fuerte.
Agustina se quitó la ropa con furia y asco, se envolvió en un toallón y fue al baño. Se restregaba la cara y el cuerpo con violencia, quería extirpar hasta la última huella de la noche de espanto, que no quedara ni una partícula de saliva ni rastros de las caricias repugnantes. Se cepilló los dientes e hizo gárgaras hasta el hartazgo, tenía que limpiarse por dentro...la laringe, el esófago, el estómago, cada órgano donde todavía podía sentir el semen de los pervertidos. De pronto la invadió una sensación nauseabunda, el vómito subió a la garganta y fue expulsado sin darle tiempo a alcanzar el inodoro.
Regresó a la pieza. Ignacio lloraba angustiado. No era lo que esperaba para Agustina...Se durmió llorando, sintiéndose una basura de persona.
-No hay lugar para mi en este mundo egoísta...No puedo, no voy a poder.
Agustina sintió piedad, lo quería, era parte de su vida, pero no tanto como para ser una muerta en vida. Sabía que podía ganarle la batalla, estaba consumido, bastaba con un simple codazo para ser ella la dueña de la situación pero no alcanzaba con encerrarlo, tenía que matarlo. Matarlo. La idea tomó protagonismo, era persistente.
Ignacio ya no importaba, había sido su compañero y confidente y ahora...No había lugar para los dos, era él o ella. Agustina sintió que se había postergado más de la cuenta en función de él y no pensaba seguir haciéndolo, tenía que matarlo. No sería sencillo, también debía destruir su pasado, su historia, no dejar huellas de su paso por la vida, como si se se esfumara en el aire, como si nunca hubiera existido. No iba a ser fácil...
"Tampoco fue fácil para mi vivir en las sombras todos estos años y sin embargo tuve que soportar" Sí, estaba tomando la decisión correcta. Volvió a su rincón, se durmió acongojada.
        "Hastío..." Pintura de Edward Hopper

Continuará...

martes, 13 de marzo de 2012

RENACER - PARTE 8

-Bien, bien...ahora sí que estamos bien- dijo Agustina, siempre quejosa- Supongo que ya no nos queda dinero ni para pagar la pocilga.
-Así es, no me queda un peso. Voy a prepararme unos mates, algo de yerba me queda- Volvió con la pava y se sentó frente a Agustina- No san tan feos amargos, al menos no te producen acidez.
-Ya te resignaste, entonces; si no hay azúcar, el mate amargo es más rico ¡Qué pedazo de infeliz! No servís para nada, tu familia tiene razón...Y en cuanto a tu "tiíta", tu "ángel"...Si te viera...Vencido, sin pelear.
Ignacio comenzó a llorar al recordar las palabras de su tía "Llorá pero no dejes de luchar"
-Ay, tiíta, no puedo más, ya no sé que hacer, si pudieras hablarme, decirme algo.
Respiró profundo y dejó caer la cabeza, así permaneció durante media hora.
Agustina se puso el short de cuero negro, la remera escotada roja, se calzó las botas y comenzó a maquillarse.
-No tenemos otra elección, Ignacio, se fuerte, yo voy a serlo- Ignacio tomó el cepillo y comenzó a peinar suavemente la larga cabellera, también retocó el maquillaje.
-No llores, Agustina, se te estropea el maquillaje- le dio un beso en los labios- Mucha suerte...
Agustina salió sin atreverse a mirarse al espejo. Le tocaba a ella, era su turno de demostrar que ella sí podía ganarse la vida, ella triunfaría, lo haría por los dos, a ella no la iban a humillar, sería la reina de la noche " El mundo es tuyo, Agustina, adelante"


                   Imagen tomada de Internet


Continuará...

lunes, 12 de marzo de 2012

RENACER - PARTE 7

Tres semanas estuvo internado y la doña, su única compañía.
-Mire, jovencito, no es que yo me quiera meter en su vida, ni Dios lo permita pero usted no salió de un huevo, algún familiar perdido debe tener perdido por ahí ¿Por qué no lo llama? No es que a mi moleste traerle todas las tardes una botella de agua que, gracias a Dios, puedo comprarla y por suerte que acá no le cobran nada. Yo le dije a la enfermera: Mire que el chico no tiene un peso, es pobre, pobre y yo, una pobre jubilada, no soy familia pero soy humana y lo cuido. Me dijo: Quédese tranquila, señora, que acá está todo cubierto. ¿Cubierto, cómo?, le pregunté yo. Que está todo pago, que no tiene que pagar nada. Mire usted, joven, después dicen que los hospitales esto o aquello, la gente siempre protestando y usted, jovencito, mejor que nadie puede decir que acá lo atienden como a un rey y no paga un peso pero...digo ¿Por qué no llama a su familia? A mí me da lástima verlo tan solito.
-No tengo familia- Ni pensar en llamar a Mariela o la abuela, no quería preocuparlas.
-Y bue, por suerte me tiene a mí...

Le dieron el alta y volvió a la pensión. Estaba perfecto, se había dado un buesto pero todo salió bien. Bueno, todo no; cuando estuvo recuperado volvió a su trabajo con el certificado médico y los estudios que le habían hecho.
-No, pibe, olvidate, ya tomé a otro, no te voy a esperar toda la vida; tres semanas, viejito, eso es mucho tiempo.
-Pero estuve internado, la dueña de la pensión le avisó.
-¿Y? A mí no me resolvió nada con eso; tu lugar ya está ocupado.
-¿No me va a pagar nada, indemnización, vacaciones, nada?
-Pibe, vos trabajaste un par de meses, a prueba y en negro, no te debo nada. Tomátelas y dejame laburar que tengo mucho que hacer.
-¿No puede darme una recomendación para alguna peluquería, aunque sea?
-No, no, yo no recomiendo a nadie y además no conozco ninguna peluquería que necesite empleados.


Imagen tomada de Internet
Continuará...

viernes, 9 de marzo de 2012

RENACER- PARTE 6

Quiso levantarse de la cama y no pudo, sentía que su cuerpo pesaba toneladas; se tocó la cara, hervía. Una vez más intentó ponerse en pie pero no pudo, tiritaba, evidentemente tenía fiebre, le dolía la garganta, le costaba tragar la saliva, necesitaba un vaso de agua - bendita costumbre de dejar una botella y un vaso en la mesita de noche- Bebió con dificultad y volvió a acostarse, no tenía fuerzas. Pasaron dos horas, quizá más; la fiebre lo había abatido, volvió a dormirse.
Golpearon a la puerta, se paró vacilando y abrió; era la encargada.
-Llamó su patrón, que si no piensa ir a trabajar o qué.
No pudo contestarle, las palabras se negaban a ser pronunciadas.
-Oiga, joven, usted está mal ¿Qué le pasa, hijo? No me asuste.
-Me siento muy mal, creo que tengo fiebre.
-Pero, caramba, acuéstese entonces, vamos que lo ayudo ¡Qué barbaridad, pero si está volando de fiebre! A ver, levante las piernas...eso es, así, muy bien. Ahora se me tapa y se me queda acá, quietito, voy a buscar un termómetro- Salió dejando la puerta abierta. Ignacio se sintió aliviado, una mano que lo auxilie no le venía nada mal. A los pocos minutos entró la doña trayendo el termómetro.
-Vamos a ver, levante el bracito, eso es, muy bien, ahora me lo deja apretadito, no vaya a caerse y romper que se lo agrego a la cuenta ¿Eh?- le dio una palmadita cariñosa- Estese quietecito que ya vuelvo. Pobre criatura ¿Será que no tiene familia este cristo?
Regresó con una olla con agua fría y unos trapos, los embebió y se los puso en la frente. Le quitó el termómetro.
-¡Jesús, hijo, tiene casi cuarenta grados! ¿Quiere que llame al médico?
-Sí, por favor.
-¿Tiene obra social?- Ignacio no respondió- Siempre haciendo preguntas estúpidas, yo. A ver...déjeme pensar...¡Ah, sí, ya me acordé, ciento siete es el número de emergencias!
Pasaron diez minutos que para Ignacio fueron una eternidad.
-Listo, ya llamé, enseguida vienen ¿Quiere agua o le hago un tecito con limón?
-Agua, por favor.
Tocaron el timbre; la encargada se apuró a atender.
-Pase, pase, doctor, perdone el desorden, el chico tiene mucha fiebre, no tiene familia, es mi inquilino y hoy no fue a trabajar, a mí me llamó el patrón y cuando vine lo encontré así.
-Déjeme con él, señora, lo examino y la llamo.
-Sí, por supuesto, doctor, póngase cómodo, ahí tiene una silla, si quiere tomar algo...usted también, joven- se dirigió al chofer de la ambulancia- Me avisan cualquier cosa, permiso, permiso.
El médico y el ambulanciero se miraron y rieron.
-Con una mujer así no hay modo de estar sano. Contame ¿Qué tenés?
-Mucha fiebre, cuarenta, me duele la garganta, no puedo tragar la saliva y me cuesta respirar.
-Sentate y levantate la camiseta- Lo auscultó, le pidió que tosiera, le volvió a tomar la temperatura y por último, palpó el abdomen. Se dirigió al ambulanciero-Llamá a la señora.
-Aquí estoy, doctor ¿Todo bien?
-Me temo que no, señora, lo tenemos que trasladar al hospital para hacer estudios, parece que hay algo a nivel pulmonar.
-¡No me diga! ¿Una pulmonía?
-Lo llevamos y lo estudiamos, entonces tendremos un diagnóstico. Necesitamos que lo acompañe alguien, no podemos llevarlo solo.
-No, claro, me imagino, yo voy con ustedes ¡Rosaaaaaaaaa!-gritó con su vozarrón- Hacete cargo que me voy al hospital con el chico.
-Buenoooooooo-se escuchó el grito desde el exterior.
-A ver, hijo, vamos a vestirte.
-No hace falta, señora, lo vamos a transportar en camilla. Prepare la ropa y llévela consigo.
                 Imagen tomada de Internet

Continuará...

miércoles, 7 de marzo de 2012

RENACER - PARTE 5

Entró a la cocina con su pequeña cacerola de aluminio, donación de la abuela; abrió la canilla y la llenó hasta la mitad, un puñado de sal, un chorrito de aceite y al fuego. Estaba abriendo el paquete de fideos cuando entró la encargada de la pensión.
-Oiga, joven, usted ¿Cuándo piensa pagarme lo que me debe?
-Ya le hice un adelanto...el resto...espéreme una semana;  hoy comencé un trabajo nuevo, me pagan por día, no es mucho pero saco para comer y le voy juntando los cincuenta que le debo.
-Espero que lo mantenga, usted no dura en ningún lugar ¡Flor de vago debe ser! Además...ese modo de ser suyo...qué quiere que le diga, a mi no me gusta y a los otros pensionistas tampoco.
-Mire, señora, yo no me meto con nadie y no hago escándalos ¿Por qué no se fija en el de la planta baja que hay días que vomita en el pasillo de lo borracho que llega? Si a ustedes no les gusto, tampoco ustedes me gustan a mí y me la banco; no me compare porque yo no tengo nada que ver con esa gente. Y en cuanto a su plata, la semana que viene le saldo todo.
-Mejor así y no se ofenda tanto que al final ni tiene ni familia ni a dónde ir.

No contestó ¿Qué podía decir? La doña, con su rudeza, le estaba mostrando la realidad de su vida "No tengo nada que ver con esa gente" 
-Pero ¿Quién carajo soy yo? Un segregado, un desterrado, eso soy, un paria sin familia.
Se llevó sus cosas y se encerró en la pieza; comió en silencio. Buscó un libro y se acostó evitando mirar hacia el espejo, no quería discutir con Agustina, no ese día. Estaba extenuado física y mentalmente.

Dos semanas transcurrieron relativamente en calma pero al cabo de ese tiempo, se enfermó; mucho trabajo y poca comida...Las discusiones habían recomenzado entorpeciendo su rutina "¡Por Dios, necesito paz!" Pero no la hallaba, Agustina cada día reclamaba más y más, no se conformaba con ser su sombra.
-Dejame salir, estoy harta de este encierro, además con lo que vos ganás no alcanza para nada, todo se lo lleva la vieja de mierda a cambio de este cuchitril piojoso que nos alquila ¡Quiero trabajar!
-¿De qué? A mí se me hace difícil y vos pretendés conseguir un trabajo decente y bien pago. No me hagas reír.
-Yo no dije que fuera decente...con que me paguen bien...
-¿Qué estás sugiriendo?
-No te hagas el tonto, bien sabés de qué hablo.
-Antes de permitir que te prostituyas, te mato y me mato ¿Te queda claro?
-Por favor, Ignacio, me ahogo, necesito salir, respirar aire fresco, caminar por las calles; no aguanto más el encierro en este nicho.
-Sabés lo que te va a pasar Agustina, no estás preparada para enfrentarte a la vida.
-Dejame probar ¡Te lo exijo!
-¿Y si no lo lográs?
-Entonces prefiero que me mates, que te olvides que alguna vez fuimos uno, ya no quiero ser tu sombra, quiero una vida propia.
-No puedo, Agustina, no puedo. Te necesito más de lo que suponés, preciso de esos momentos en soledad donde vos podés ser voy y yo disfrutar mirándote a través del espejo como sentado en un palco, arrojándote flores mientras te veo bailar al compás de la música de Vivaldi ¡Cuánta elegancia, cuánta hermosura, tan coqueta y femenina!
-Y cuando termina la música se acaba el hechizo, la magia...me encerrás, me escondés y volvés a tu vida miserable, a limpiar mugre ajena, a cocinar fideos hervidos y a domir esperando que al otro día todo cambie, que se produzca el milagro "Soy representante de artistas, me gusta Agustina, tiene futuro, puede ser una gran estrella, aquí tiene el contrato" Despertate, Ignacio, dejá de divagar, y nunca voy a ser una estrella, mi único camino es la prostitución, lo sabés.
-No y es mi última palabra.

                   Imagen tomada de Internet

Continuará...

martes, 6 de marzo de 2012

RENACER - PARTE 4

-Basta, Agustina, dejame tomar algo que se me hace tarde; tengo que ir a ver un trabajo y todavía no me bañé.
-Como quieras.
Se bañó, se puso lo más digno que tenía, tomó un mate cocido y comió las galletitas que le quedaban.

-¿Tenés experiencia, pibe?- le preguntó el dueño del negocio.
-No, trabajar...no trabajé nunca pero hice un curso de peluquería.
-Por el momento necesito alguien que sirva el café y limpie, peluqueros no preciso. Pago dos pesos la hora, si te conviene lo tomás y si no, ahí tenés la puerta.
-¿Cuándo puedo empezar?
-Ya mismo.

Trabajó doce horas lavando cabeza y sirviendo café, limpió tres veces el baño yel camarín de depilar, barrió la vereda, infinitas veces el salón, también hizo los mandados.
-Pibe, andá hasta el kiosco y traeme una coca-cola.
-Depositame este cheque en el banco de la esquina.
-¿Me traés una hamburguesa con lechuga y tomate? No te olvides del Ketchup y la mayonesa.
-Para mi con papas fritas.
-Preparame la señora para color.
Comió un sándwich de mortadela y bebió un vaso de agua.
Tenía ganas de llorar pero "tiíta" le dijo que debía ser fuerte y pelear.
"No, no voy a llorar, voy a luchar por Agustina y por vos, tiíta, quiero que estés orgullosa de mi"
La paga fue de veinticuatro pesos.
-Si fuera mujer y trabajara de mucama podría ganar más pero ni loco, yo a Agustina no la mando a laburar aunque no tenga ni para comer.
Pasó por el supermercado "Un paquete de fideos, veamos, estos están en oferta; aceite todavía tengo; queso...no, mejor no, un poco de pan ¡Casi me olvido de la yerba para el mate cocido! Catorce pesos es todo lo que me quedó después de laburar doce horas...laburar...una manera de decir ¡Uy, qué pelotudo, me olvidé de comprar pilas para la radio! Si la enchufo, la vieja de mierda me va a aumentar la cuota de la luz"

Continuará...

sábado, 3 de marzo de 2012

RENACER - PARTE 3

Perdi a la persona que más me quiso; mi tía menor. Hace ya años de esto y todavía hoy la siento. Si estuviera conmigo qué diferente habría sido todo. Vos lucharías por mí, tía querida, te hubieras plantado frente a ellos, los habrías enfrentado pero la vida no te dio tiempo ¡Puta que es jodida la vida o, mejor dicho, la muerte! Mirá que venir a llevarse al único ser que precisaba para no sentirme un mal parido. Cuando me lo dijeron no podía creerlo, no, no podía ser verdad. Tan bonita, tan joven, tan solidaria, tan cariñosa. Y sí, por eso te fuiste, porque acá se quedan los perversos, los que tenemos alguna cruz que cargar. Vos fuiste feliz, tiíta, etoy seguro; no se puede mirar tan tiernamente si el corazón no está lleno de amor y el alma plena de luz ¿Te acordás cuánto me enojé cuando me contaste que en tu panza crecía un bebito? ¡Cómo lo odié! Pobrecito, como si él tuviese la culpa de ser el favorecido...Otro santo...por algo se mereció una mamá como vos. La muerte fue brutal también con él ¿Cuántos años tenía? Apenas ocho, me acuerdo bien porque yo tenía diez. Después de tu funeral no lo volví a ver, el tío se lo llevó al exterior, lejos, eso me dijeron, creo que a Europa, no volví a verlo nunca más. Tampoco me explicaron por qué te habías muerto, todo era un secreto, un espantoso y enorme secreto, simplemente dejaron de mencionarte; nunca más volví a escuchar tu nombre, era palabra vedada y nosotros, tus sobrinos, no nos atrevíamos a preguntar, teníamos miedo, creo que porque ellos sabían que les iban a decir alguna mentira, como siempre; en nuestra familia se encubre la realidad. En cambio yo no preguntaba porque tenía miedo, miedo de que hayas sufrido, miedo de pensar que no volvería a verte, miedo de que fuera verdad nomás, que sí, que te habías muerto. Prefería creer que estabas en alguna ciudad europea y que pronto recibiría cartas tuyas. Por momentos me enojaba con vos porque ¡Mierda! Te fuiste sin llevarme, sin darme un beso, un abrazote fuerte y cariños de esos que solías darme cuando te ibas para tu casa. Si hasta te esperaba cada Navidad...Me decía "Este año nos dan la gran sorpresa, se vienen para Argentina"
Mi tía mayor le decía a mi mamá que yo estaba chiflado, que por qué no me llevaba a ver tu tumba así me dejaba de joder; siempre tan fina y cordial, mi tía la bruja "Mejor lo mando a terapia, este pibe tiene tantos problemas que, te juro, ya no sé que hacer con él"
Pero no me puso en terapia, por suerte, yo no quería ir al locólogo "¡Ja, mirá si te encierran!" Me decía el menor de mis primos; siempre el mismo taradito...Y consiguió meterme miedo nomás, el boludito "Los locos son malos, por eso los atan y les pegan, lo vi en las películas" Pedazo de cretinito...
Un día dejé de esperar tus cartas, dejé de esperarte en cada Navidad, dejé de pensar en un viaje feliz a Europa...Pero nunca pude dejar de pensar en vos. Fue la noche que viniste a verme; estaba durmiendo, soñaba que estaba en la hamaca de la plaza de la esquina de casa, la hamaca roja, mi preferida, no importaba que todas estuvieran libres, yo esperaba la roja, entonces vos te acercabas al pibe que la estaba ocupando y le decías "¿No se la cambiás por la azul?" ¡Tía ídola! El pibe me la cambiaba ¿Quién te iba a decir que no a vos si eras una divina? Y linda, además. Me hamacabas alto "Hasta el cielo, tía" "No, mirá si te caés, che, tu vieja me asesina" "Porfi, porfi, hasta el cielo" "Bueno, como quieras pero juntos, bajate, sentate en mis piernas" Y te sentabas y me hacías upa y me rodeabas con un  brazo mientras te sujetabas de la cadena con la otra mano "Dale, dale, más alto" Nos remontábamos y nos destornillábamos de risa...Pero en mi sueño no había risas, yo estaba triste. De pronto apareciste y comenzaste a hamacarme suavemente; yo gritaba "¡Hasta el cielo, tía, juntos, dale, subite conmigo!" Recuerdo con nitidez tus palabras "Yo ya estoy en el cielo pero quiero que vos te quedes y luches porque de eso se trata vivir; sé feliz, no importa el dolor que debas soportar ni las lágrimas que serán muchas, sólo sé feliz. Estoy con vos, a tu lado, permanentemente; te quiero, no lo olvides jamás"
No volví a soñar con vos pero tampoco olvidé tu mensaje. Supe que no ibas a volver, que ya no debía esperarte pero también entendí que tenía que resistir y ahogarme en llanto porque vos me lo advertiste "Las lágrimas limpian el alma, liberan al corazón de aflicciones, te enjuagan los ojos y te ayudan a ver con mayor claridad" De acuerdo, tía, voy a luchar y vos a mi lado ¿Lo prometés? Sí, lo prometiste.
Fue entonces que tomé la decisión de irme de casa, allí no había lugar para mí y mucho menos para Agustina. Me mudé a una pensión y me la llevé conmigo. En eso me apoyó toda la familia "Que se vaya y haga su vida si eso es lo que quiere. Tu marido tiene razón, es un vago, no estudia, no trabaja y encima esto ¡Dejate de embromar!" "¿Y de qué va a vivir el chico?" Quería saber la abuela, preocupada "Para vos, mamá, siempre son chicos; ya está grande; le doy para el primer mes de renta y que se busque un trabajo, que aprenda a ganarse la vida, si es caprichoso, bueno, que se pague sus caprichos"
Me llevé mis cosas, bah, lo poco que tenía: Un par de jeans desgastados, algunas remeras, las zapatillas de básquet, mis discos, mis libros y mi secreto bien envuelto, no sea que a estos miserable se les ocurra revisarme el equipaje para constatar que no me afanara nada; si lo descubrían serían capaces de romperme todo o tirarlo por la ventana. Me muero, te juro que me muero o los mato; a mí que me hagan lo que quieran pero con vos, Agustina, que no se metan, tus cosas son privadas y no se tocan.
Sólo Mariela lloró, lo hizo en silencio; eternamente silenciosa fue su vida, ella era la víctima pero nadie se dio cuenta jamás. La forzaban a elegir y ella no podía ¿Cómo oponerse a su familia? Era la que le tocó en suerte...Pero tampoco podía recharme a mi porque, aunque los demás no lo admitieran, yo también era su famila. Pequeña Marila, ese día comprendiste cuándo se es adulto; cuando ya no se exige sino que se espera, callado, que la vida resuelva por vos. No todos tienen coraje para luchar contra los obstáculos, tampoco yo estoy seguro de poder hacerlo pero en mi caso es diferente, Mariela, vos tenés una familia, yo sólo tengo a Agustina...y a vos; no te voy a abandonar, vamos a seguir viéndonos, voy a presentarte a ella, te va a gustar, la vas a querer pero no se lo digas a nadie, es nuestro secreto. Dame un abrazo y dejame que te seque esas lagrimitas, guardalas para cuando las precises de verdad, yo estoy bien, sigo los dictados de mi corazón.
"Pero ¿Quién te va a cuidar, Ignacio, si ya no tenés familia?" "Yo tengo un ángel, mi tesoro, está siempre a mi lado, vos la conociste pero la olvidaste, algún día te voy a hablar de ella y ese va a ser nuestro segundo secreto" 
Mariela me abrazó tan fuerte como le permitieron sus brazos flaquitos y me dejó las mejillas rojas pero no de un chachetazo, de besos, esos que todavía guardo en lo más profundo de mi ser. Salí del dormitorio prometiéndole que la iba a llamar, que yo sabía que podía contar con ella y que le haría saber cuando necesitara de su ayuda.
Papá se recluyó en la cocina, no quería verme. Mamá estaba en el balcón, ofendida, por supuesto, una vez más yo era el responsable de sus desdichas ¡Pobre mártir infligida por la vida con semejante hijo!
La abuela se levantó del sillón, me besó, me abrazó y me puso en la mano dos billetes de cien pesos "Llamame, no pases hambre, cuando me necesites, buscame" "Gracias, abuela, lo voy a tener en cuenta"
Al cerrar la puerta sentí el timbre del teléfono; seguro que era mi susceptible tía que quería cerciorarse que la persona "non grata" ya se había ido.



Continuará...

jueves, 1 de marzo de 2012

INSTRUCCIONES PARA LEER "RENACER"

PARA SEGUIR EL HILO CONDUCTOR DE ESTE CUENTO LARGO, ES NECESARIO SEGUIR LA SECUENCIA POR ORDEN PARTIENDO DE LA PARTE 1 Y ASÍ SUCESIVAMENTE...

RENACER - PARTE 2

-No me estás oyendo, Ignacio.
-Disculpame, Agustina, a veces me voy tan lejos...
-Ese es tu problema, que siempre te vas, que no podés solucionar nada.
-Lo intento, te juro que lo intento pero no me escuchan.
-Pues, gritá, entonces.
-No se pueden resolver las cosas a los gritos; si lo sabré yo- hasta ese momento había hablado con la cabeza gacha pero levantó la cabeza y la miró- Vos no tenés idea de lo que es vivir gritando y cada respuesta es un cachetazo pero no no como una manera de decir, no, un cachetazo de verdad, de esos que te dejan la mejilla roja y la impotencia que te aplasta impidiendo que las lágrimas salgan y al final te ganan, saltan las lágrimas, el sollozo "Ay ¿A ver cómo llora el mariconcito?" y un día decidís no increpar más, no exigir más, no dejarte doblegar más.
-Bien, bien, muy bien; así que de mariconcito pasamos a cobarde.
-Agustina, no me lastimes, sos lo único que tengo.
-Entonces salí a pelear por mi.
-Lo hago. Ya me fui de casa, dame tiempo.
-Tiempo, tiempo, tiempo ¿Cuánto tiempo más necesitás? Estoy harta de estar encerrada en esta pensión de mala muerte. Dejame salir.
-No puedo, no estoy preparado ni vos tampoco.
                                Imagen tomada de Internet


Continuará...