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viernes, 30 de octubre de 2015

¡SALUD, PIRATA DE AMOR!


Hoy me falta valentía
Para expresar alegría.
Hoy soy una muerta en vida,
Que ha pecado por amarte.

Hoy no quiero oír tus palabras,
Esas falacias que hieren.
Déjame sola en mi lecho,
Déjame con mi tormento.

Llévate tu soberbia,
Esos aires de grandeza,
No comulgues con mi pena,
Tu corazón es de piedra.

Voy a descorchar el vino
Que para brindar contigo adquirí,
Voy a bebérmelo sola,
Voy a catar tu desdén.

Y si me ahogo en alcohol
Vete y apaga la luz,
Si la soledad fue mi compañía,
Hoy es la eterna amante mía.

lunes, 26 de octubre de 2015

ILUSIÓN ÓPTICA



Siento tu mirada,
Fija, penetrante,
Clavada en mí estampa,
Esperando el instante.
Aguardo el relámpago
Que habrá de perpetuarme.



Te siento como el mar
Rodeando tu cintura.
Imagino las olas
Galopando en tus caderas.
Tu cuerpo  y el mío
Bailando el vals de las olas.

 

Una vez más, desnudo mi cuerpo.
Apreciando el frío
De tu ojo de vidrio, poso a tu antojo,
Respondo a tus órdenes.
Dejé de esperar que seas mi hombre.
Para ti, soy tan sólo una modelo.

 

Tras el cristal impoluto,
Oculto de ti, mis ansias.
Mi ojo descubre tu cuerpo,
Mis manos ansían tus curvas.
Mis labios, celosos de mi fanal,
Apresan los tuyos en candoroso beso.

 

Estoy tiritando,
Aun cuando mi piel arde.
¿Cómo ocultar la embriaguez de su beso?
Sucumbió la modelo,
Despertó la mujer…
¡DIOS, cuánto miedo tengo!

 
Autores: Myriam Jara- Rubén Ilich Leiva Toledo

sábado, 24 de octubre de 2015

CUANDO PREVALECE LA RAZÓN



Siento el frío del adiós
Recorriéndome la espalda,
Inundándome el alma
Con lágrimas amargas.


¿Por qué lo hice?
¿Por qué te abandoné?
Si tu amor me llenaba,
Si tu risa, mi concordancia

 

Ya no busco las respuestas
De ese adiós que te entregué,
Aun sabiendo que te mataba,
Aun sabiendo que me mataba.

 

Hoy no sirve de nada
Mirar hacia atrás y lamentarse,
Cuando los tiempos felices,
Cuando la dicha circundante.

 

Tuve miedo ¿Puedes percibirlo?
Quién nunca fue amado,
No comprende la algarada
De un corazón palpitando.

 

Sólo espero que me perdones,
Que recuerdes lo vivido,
Que sepas que en mi alma,
Tu presencia sigue viva.

 

Cuando se sequen los mares,
Cuando se deshielen los polos,
Cuando mi cuerpo agonice,
Yo te seguiré, en silencio, amando.



domingo, 11 de octubre de 2015

AVANZA, NO MIRES ATRÁS


¿Por qué ese constante empeño de aferrarte al pasado? El pasado es sólo eso, pasado, algo que no se puede cambiar, ni sentido tiene que te quedes allí, porque tampoco serás tú, sino aquel que fuiste pero ya no eres. Felizmente siempre estamos cambiando, nunca somos los mismos. Entonces, ese niño que está allí, en tu lejana infancia, ya no eres tú.
Ni siquiera voy a decirte que la vida es proyectar a futuro, pues… ¿estás seguro de que hay un pretérito para ti? No, ni tú, ni yo, ni nadie, puede aseverarlo.
¿Qué nos queda, entonces? El presente, así de simple es la ecuación. Y cuando digo presente, no me refiero al período actual. Puntualmente, te digo que el presente es este justo instante en que, a medida que el segundero de tu reloj avanza, va quedando atrás, o sea, ya es  tiempo acaecido.
Deberías relajarte, amigo mío; deberías concentrarte en este hacer, puesto que si estás pensando en lo que deberás hacer dentro de una hora, estás desperdiciando mi compañía, y yo sé que te gusta. Un café, una conversación que nos debíamos, un paseo por el parque, no lo sé, tampoco yo proyecto. Me apetece un paseo, y si a ti también, pues vamos a pasear. Me gusta caminar por el parque, o sentarme en un banco a observar a las personas, a la naturaleza en cualquiera de sus manifestaciones.
Sin importar la estación del año (cada una tiene su encanto), intento ir cada día ¡Si vieras cuánto te sorprenderías! Sólo te sientas y observas. Hay mucho por ver, y en cada visión hay una lección que asimilar.
Mira, por ejemplo, esa larga fila de hormigas; créeme, puedo pasar horas observándolas. Mucho tenemos por aprender de ellas. Una perfecta sociedad organizada donde cada una cumple una función, y lo mejor de todo, creo que ninguna se queja de su condición. Allí reside el secreto, amar tu trabajo, hacerlo con alegría. Si de todos modos no hay opciones, pues es deber tener una noble actitud, regocijarte con tu tarea, incluso desde el egoísmo, mirar a quienes darían la vida por estar en tu lugar, pues si miras bien, verás que hay muchos que nada tienen. Pero no, tú te obstinas en ver lo que te falta, en llorar lo perdido, en aferrarte a eso que ya no te pertenece, en mantener puertas abiertas, por si acaso ¿no?
Observa a aquel anciano. Está solo y encorvado, cavilando, eso me dice su postura corporal, la mirada que noto más allá de aquí ¿Habrá sido feliz? ¿Tendrá buenos recuerdos que traer al presente? ¿o su vida fue una existencia colmada de miedos de los cuales, seguramente, muchísimos no se cumplieron?
En contraposición, allá, en aquel banco, fíjate, hay una joven dando de mamar a su pequeño, y en sus ojos hay ternura ¡Qué feliz se la ve! ¿Cuánto le habrá costado tener ese hijo? No importa si costó o no costó, el hecho es que está en sus brazos y ella lo disfruta.
¿Lo ves? De una ojeada, tenemos un escenario y tres escenas: El pasado, el presente, y el futuro, cada uno representado por un ser y una historia que contar o que escribir. Interesante…
Tú estás en la mitad de tu vida, eso dice la razón. Pero al fin que no estás aquí, que no estás allá, ni tampoco sabes si mañana estarás. Es tu modo de vegetar: retener lo que se fue, aunque sabes que no es posible, nadie puede aprisionar el tiempo y manipularlo a gusto.
Más yo no comparto tu filosofía. Cuando cierro una puerta, la cierro y nada me cuestiono. Segura estoy de que es una etapa cumplida y algo mejor me espera. Porque esto sí quiero que te metas en esa cabezota: Lo que desees, si lo haces sincera e intensamente, eso se te dará en la próxima etapa, que puede ser mediata o inmediata, pues cada cual forja, desde el pensamiento, su próximo camino a recorrer.
Oh! Casi me dejo atrapar por tus creencias, no, no, eso está mal. Espera, debo revertir esto, dame un segundo y vuelvo al presente, o corro el riesgo de caer en la incertidumbre, a cambio de perder el goce de esta llovizna que comienza a mojarnos lentamente.

¿Tomamos un café? Vamos, yo invito.

domingo, 4 de octubre de 2015

HACIA DONDE CARONTE (Cap. 5 de "ROMANCE DE BENAZIR Y JALIL")


 Tiene una razón tu deseo de llorar; déjalo salir, no contengas el llanto,  no retengas las lágrimas, no es bueno para el alma. Debes creerme porque soy quien  extirpa el espíritu de los cuerpos, celdas de músculos y sangre, calabozos que encarcelan más que estos malecones que imponen soledad, porque de este conseguirías evadirte si lo quisieras.
 ¡Mírame de frente! Hay desconcierto en tus ojos. Yo  te mostraré otros mundos con otros cielos pero bien sabes que en esta vida nada es gratuito. Huir de aquí tiene un precio que los entes corporizados como tú lo pueden pagar… más de estos barrotes de huesos y cerrojos que son fibras que la inervan, de aquí únicamente puedes huir con mi asistencia.
Noto el miedo en tus ojos, la pena dio paso al recelo y ahora te invade el pánico ¿Te estremece mi fulgurante apariencia? Sí, me temes, te preguntas quién soy y cómo conseguí franquear la barrera de hombres rudos y armados que celosamente custodian tu reclusión. Te diré que no hay limitaciones para mí, nada que me ataje cuando debo efectuar mi tarea. Tengo el virtuosismo de aprobar que se me perciba cuando yo lo dispongo, no ve sino aquel que debe verme. Ya lo comprenderás cuando llegue el momento. No, no, no me inquieras porque el conocimiento lo poseerás, empero, será cuando deba ser, no falta mucho, primero debes hablarme de ti y de tu tristeza. Aflójate, tienes tieso el rostro. Háblame de tu pesar.
Dices que no lo recuerdas y sí lo recuerdas pero no deseas revivir lo acontecido, te dices que de nada te valdría ya que nada puedes remediar, que es tu destino coexistir con tu injusta soledad y debes sobrellevarla.
¿Me preguntas cómo lo sé? No tiene importancia,  sólo te diré que todo me es dado a saber.  Porfiada, te amparas en el mutismo, no confías en mí; hablaré por ti. Sufres por él, tu adorado amante. Despiadadamente los han incomunicado. Qué pecado hemos cometido, te preguntas una y mil veces sin dar con la respuesta que apacigüe tu suplicio. Amarse, esa es la falta que han cometido para los hombres de corazón de piedra. Para ellos el amor es falacia, es deshonroso, sombrío y poco conveniente. No entienden que cuando dos corazones se topan más allá del abismo, no hay ímpetu humano que consiga apartarlos. Ustedes vencieron las distancias; rebeldes y vehementes, dieron rienda suelta a la deliciosa pasión que conduce el amor sin medir las consecuencias.
No te estoy juzgando, intento que comprendas que ustedes hicieron lo correcto, lo aprueben o no aquellos que despliegan el poderío, ambos cumplieron con el propósito del Creador.
Sí, lo sé, me pienses enajenada y tu recelo se transformó en desprecio. No te culpo, humana al fin, no posees la sapiencia suprema, esa que conquistarás al momento  de recorrer el conducto brillante que te transportará a la paz, mas no es tan sencillo.
Seca tus lágrimas mujer. Escasamente han caminado los primeros pasos y no deben desistir si pretenden inmortalizar este amor en el espacio que en el Nirvana les está reservado. Él no ha flaqueado, no partió, no está muerto, tampoco vivo. Como tú, está confinado pero su celda es una ciénaga tenebrosa y pestilente, un pantano infernal con ausencia de claridad. Es mi deber advertirte que está a punto de perder la razón y que sólo tú puedes salvarlo ¿Cómo lo harás? Ya lo sabrás pero antes debo asegurarme que tu amor es tan grande y tan fuerte que darías la vida por él.
Asegúrame que tu vida sin él de nada sirve, que por amor a él darías la vida, que tu existencia no tiene razón de ser si tus manos no pueden rozar su piel, si sus labios no beben de los tuyos, que estás dispuesta a desafiar a los más pavorosos seres de la oscuridad sólo para estar junto a él. Si es así, si te sientes lo bastante enérgica para hacerlo, entonces ven conmigo, yo te cargaré en mis brazos y te transportaré hacia él, yo soy la que los unirá, yo soy la celestina que los erradicará de esta desconsolada existencia a fin de obtener la eternidad para gozar este amor.
¿Estás sonriendo? ¿Ya no me temes? ¿Acaso te inspiro confianza?  Ya lo ves, no soy como todos me suponen ¿Verdad? No tengo hoz, mi rostro no es tétrico ni mi manto negro. Soy la dama blanca dueña de las almas. Sígueme que nos espera, no debemos demorarnos porque se están agotando sus fuerzas y sólo tu aliento lo revivirá…