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miércoles, 30 de abril de 2014

SÓLO POR HOY


Hoy quisiera ser
 Como el arado,
Laborioso, penetrante, filoso.



Como el mar,
Viajero,
Abismal, azulado.



Como esa nube oscura,
Presente,
 Brava y segura.



Y aunque mi persona no tenga medianía,
Prefiero el sol del mediodía
Al claroscuro del ocaso.



La mágica luz de la poesía
A un instante de fracaso.



El rugir del viento
Al silencio del convento.




El fragor del combate
A la paz por empate.

 


La vida es tan sólo un momento
Que si no se vive,
Se transforma en cuento...


lunes, 21 de abril de 2014

LA ESPADA DE DAMOCLES


Una vez más he caído. Heme aquí, de rodillas sobre la incomprensión, sedienta de piedad, rogándote perdón por no tener la fortaleza de levantarme y seguir. Sólo por hoy…
Habrá un nuevo recomenzar; estoy segura de que volveré a ponerme de pie, pero no me lo pidas hoy. Permíteme un día en blanco, un día donde la mente pueda reposar, donde las lágrimas fluyan sin culpa, sin culpables ni culpados. Circunstancias impróvidas me sorprenden, me paralizan, me bloquean el cerebro; es entonces que no puedo ni quiero pensar.
Déjame llorar, permite que mis lágrimas fluyan, porque de no hacerlo, corro el peligro de ahogarme en ellas y entonces… ya no estoy segura de poder resurgir. Es preciso que lo haga pero no hoy, hoy no, por favor.
Un nuevo golpe que la vida me asesta, y me dejo vencer por ella. Sólo por hoy…
Mañana, al abrir los ojos, si es que acontece, sé que tendré el coraje de enfrentarla, de reponerme, de reconquistar el valor para sobrevivir en este mundo tan incompatible con mi ingenuidad. Pero no hoy…
Hoy me embarga la profunda tristeza de  estar frente a ese murallón que me atrapa entre la nada de una existencia vacía e infructífera. Sólo hoy….
Más no soy mujer de bajar los brazos, y cuando vuelva a ponerme de pie, seré quien siempre quise ser: ¡LIBRE DE TODA ATADURA!
No habrá tempestad que me derrumbe. Habrá brisas tibias que sequen este líquido salado que empapa mis mejillas. Seré el Ave Fénix. No he de ser barco a la deriva. Seré el rayo que ilumina el cielo y el trueno que asusta a los débiles. Pero no hoy….
Sólo por hoy, déjame ser esa hoja amarilla y crujiente que, desprendida de la rama que fue su primigenio amparo, se deje arrastrar hacia destinos fortuitos. Sólo hoy, sólo por hoy…
Mañana, acaso; siempre cabe la posibilidad de un mañana. Pero no hoy…


domingo, 20 de abril de 2014

DÓNDE ENCONTRAR ALAS...


No se han extinguido las alas.
Se ahogaron las esperanzas,
Desertaron las  fantasías,
Se disiparon en la espera.


Se cansaron de volar,
Tienen miedo a despertar,
A jugarse por  amor,
Y que el amor los traicione.



No hay perfidia en el amor.
Son instantes de desencuentros
Por  circunstancias ajenas
Que  van sofocando el fuego.


 ¡No se pueden acabar las alas!
No debemos consentirlo.
Amparemos a esos seres
Que habitan en nuestro cielo.



Enmendemos  sus  alas,
Restituyámosle los  sueños,
No dejemos que se mueran.
Necesitamos de ellos…





martes, 15 de abril de 2014

OLVIDO Y EXPIACIÓN



No me persigas, renuncia a la carrera puesto que he dejado de reconocerte como mi sombra. Sin embargo, te sigo amando tanto, que no deseo menoscabarte. Es posible que sientas que te retiro de mi vida, y sí, eso hago, pero lo hago por tu bien. Te mereces algo más que el infierno hacia donde me dirijo.
Evoca tus sonrisas que fueron regocijo de seres alados; retén las melodías y danza entre halos y limbos; recuerda aquella niña solitaria que  renacía en su aislamiento. Sólo evócala porque ya no es real, ella ha sucumbido, ella ya no es la que tú conociste un día.
Deja que transite sola ¿No ves tus alas abatidas? Es por mi caída, yo te las profané y ahora debo resguardarte de mi encono, de ese corazón que se tornó peñasco, que ya no late, que perdió el ritmo.
Estás a tiempo de recobrar tu horizonte. El mío se evaporó entre llantos y desasosiegos.
Pronto, en un tiempo no muy remoto, sobrevendrá el fuego de la expiación que desarticulará mi osamenta. Para entonces, no habrá más sombra, pues no habrá masa que la manifieste.
Apártate antes de que sea tarde. Estoy a las puertas del infierno, siento su vehemencia enardeciendo mi piel.
¡Vete! En el punto en que me encuentro, sólo hay padecimiento. Aquí somete el desconsuelo; aquí es donde he de concluir mi denigrada existencia.
Busca alguien que te asista, que no te sojuzgue, que te de el albedrío que hasta las sombras han de investir.
Ya deja de sollozar, no he de secar las lágrimas que ruedan por tu mejilla. No soy la indicada, mi alma es incomprensible como la de Satán, él me llama, hacia él voy…
No me sigas o arderá tu áurea corona, esa que una vez te confirió nobleza ¡Recupérala! Recupera tu dignidad, no sigas a este despojo humano que no sabe amar.

Rescátate tú, por favor. Ya es tarde para mí… 

sábado, 12 de abril de 2014

AL CORRER DE TUS LÁGRIMAS





Amargas como la pena
Del que se viste de duelo.



Dulces como el amor
Cuando prevalece la pasión.



Saladas como el sudor
De obrero en dura jornada.


Alegres como la risa
De una niña enamorada.



Crueles como la angustia
En la espera de un mañana.



Líquido que brota por los ojos
Pero que fluyen del alma.




Son gotas como cristal
De rota copa tallada.


Son elemento vital,
Como el agua, necesarias.



jueves, 10 de abril de 2014

CONTEMPLACIÓN


En la in-permanencia
De mi propia esencia
Que se disuelve en la torpeza,
Soy parte de la Naturaleza.



 Soy
El concierto del bosque
El ardor del desierto
La pujanza del viento
El caudal de los ríos
Cansancio del caminante
Cielo gris que te acongoja



Presencia permanente,
Reflejo de tu consciencia,
Aquí y ahora, 

Tu único presente.



miércoles, 9 de abril de 2014

LA CARICIA

                                            




  Mientras observo tu rostro pasivo, mis dedos recorren tus cabellos, apreciando, en esa dócil caricia, la exquisitez de tu pelo. Siempre tan presumida ¡Mirá que llegar a los setenta y dos años con ese impecable color castaño! Lo cierto es que te estoy acariciando y no protestás; claro, no podés, te la tenés que aguantar y yo me complazco.
 ¿Sabés que pasa, mamá? Yo siempre quise acariciarte pero vos no te dejabas, decías que estropeaba tu peinado. No te entiendo; nunca te entendí. A mí me hubiera gustado que me acariciaras, pero no pudiste ¡Si supieras cuánto me marcaste con tu rechazo!
Todos estos años anduve por la vida buscando la caricia, pero no cualquiera ¿Eh? De esas encontré muchas; mi piel emanaba el anhelo de una caricia, mi mirada dejaba al descubierto las carencias contenidas, mi voz imploraba la caricia que vos me negabas. Pero no era lo mismo; yo quería la tuya, la que se da desde las entrañas y esa sólo podías dármela vos, pero nunca la hallé.
Eso sí; yo jamás me privé de acariciar a nadie porque sabía del valor de una caricia. A vos no; no te dejabas, ché. De todos modos, no te odio. Y sí, bronca tuve, y mucha…pero odio, no, no te odié ¡Tantas veces me cuestioné si no habría sido yo la responsable! Hice terapia, incluso, pero no pude llegar al nudo. Entonces comencé a peregrinar el camino del permiso y el perdón; permiso para respirar, perdón por vivir ¿Qué cruel, no? Porque mirá que es un camino duro de andar. Dicen que hay un lazo invisible pero muy fuerte que no se fragmenta nunca sino hasta que uno de los dos muere, la madre o el hijo.
Te tocó a vos, vieja; así es la vida, es lo que se espera ¿Verdad? Yo me quedo con mi bronca, con mis resentimientos agolpados en lo sombrío de mi corazón, fluyendo por mi sangre hacia cada recoveco de mis órganos; me quedo con la sensación de ser una mal parida. Pero al menos tengo tiempo para remediarlo ahora que te fuiste para siempre.
El sabor áspero de la caricia negada se va con vos, con vos que “ya fuiste”, como dicen los pibes de hoy. Comete el amor que me negaste, jodete, se acabó el tiempo de reparaciones, no podés corregir nada, te llevás la culpa y la rabia, porque ustedes, los viejos, cuando se preparan para caminar los últimos metros, quieren ser reconocidos, convertirse en mártires, dejar un tendal de lágrimas derramadas tras el féretro. Pero yo no voy a llorar; me voy a reír, de vos, de mí, de tu patético narcisismo, de lo que fuiste y ya no sos.
No voy a volver a pedir perdón ni permiso; no estás más para decirme cómo debo comportarme, para juzgarme, para avasallarme ¿Y… sabés qué? Me voy a guardar todas las caricias que tengo acumuladas en las manos, no voy a regalar una más, voy a tomar tu legado, voy a pensar únicamente en mí…
Pero…no te vayas, no me dejes…necesito que me expliques, que me pidas perdón, que seas vos la que empape mi mortaja con tus lágrimas, que asistas a mi inhumación, que presidas mi cortejo.
No puedo vivir sin vos… ¿Y si nos vamos juntas? ¿Y si lo seguimos en el más allá y lo solucionamos de una buena vez? Vos me enseñaste que no se deben dejar cuestiones pendientes, que hay que plantarse ante los problemas aunque el desánimo nos impida conservar los ojos abiertos, cumplir con el deber. Todo eso me impusiste y no voy a defraudarte ahora que tu misión llegó a su fin. No me puedo quedar con la carga de lo inconcluso. Esperame, mamá, voy con vos.
  La detonación irrumpió el susurro de los presentes. Las paredes salpicadas, la cabeza de Daniela destrozada y caída sobre el pecho de su madre, el revolver humeando en la mano derecha, y los dedos de la izquierda enredando el cabello color caoba. Unidas por primera vez…

viernes, 4 de abril de 2014

¡LA NUBE QUE ME PARIÓ!



¡Alto ahí! Basta de acosarme. Me molesta tu presencia, tu sombra, el frío que me provoca. Soy de esencia cálida; mi hábitat es el mar, o la selva, el trópico, incluso el desierto.
Allí donde resplandezca el sol, allí habrán de hallarme, y como no quiero estar sola, no hoy, te exijo que te retires, que me dejes en paz.
Llevo meses aguantándote sobre mi pequeña silueta. Creo que es pequeña pues…he roto los espejos, ellos, sin más, cuentan falsedades. Ellos nada saben de mi interioridad, por tanto, es lógico conjeturar que sólo esparcen falacias.
El único modo que tengo de apreciar mi estampa, es a través de  mi sombra cuando el astro rey me la enseña.
¡Qué importancia tiene la hora! ¡Qué interesa que lo hayan declarado enemigo público! Yo lo amo, y con eso me basta.
Entonces, te ruego, te insto, ¡te exhorto! ¡Aléjate de mí o estarás en problemas!
¿Entendiste, o te lo repito?