“No hay árbol recio ni consistente,
sino aquel que el viento azota con
frecuencia”
LUCIO. A. SÉNECA
Más si tú eres el
soplo
Que arrulla
las olas del mar,
Despojando, presumido,
Las hojas del
árbol
recio,
Yo soy la
flora selvática
Y también el huracán.
No soy manso
viento en el océano.
Soy el cielo
iracundo,
Ese tornado
imprevisto
Que estremece
a los navegantes.
Soy la
pujanza de la naturaleza
Que voltea
sus navíos
Como cáscaras de
nuez.
Evita toparte
conmigo,
No podrás contra mi
ira.
No intentes
quebrar mis brazos
Ni
encadenarme las manos.
Si me
amordazas, si me atas,
Para
arrastrarme contigo
A la negrura
insondable,
Verás la mirada
del diablo
En un rostro angelical.
El poema me resulta muy bien, amiga...la mirada del diablo en un rostro angelical: Qué bien!
ResponderEliminarBesos
Pd.- Con este poema vas a empezar a perder pretendientes —te van a coger miedo—. Jajaja
Y sí, Pichy, todos tenemos un ángel y un diablo dentro, depende de la situación que se atraviesa, saldrá uno u otro. En cuanto a los pretendientes, pues no estoy disponible y en caso de estarlo, quedan advertidos jajaja Gracias por tu constante presencia. Besos!!!!
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