Vivian embriagados,
Mucho más que enamorados
Tanto que quiso el cosmos
Exhibir esa pasión…
He vociferado a los cuatro
vientos
Lo sublime de este amor,
Efusión que nos consume,
Caricias que nos abrigan.
Susurraban los pajaritos
Sobre el albor de tu
sonrisa,
Del resplandor de tus
pupilas
Y esa devoción que me
prodigas.
El río acarreó al mar los
dichos,
Se supo de nuestra
complicidad
Y de esas noches sin luna
En que nuestras siluetas
son una.
La montaña le ordenó al eco
Que propague por el planeta
Que hay dos seres en el
mundo
Que se soldaron las manos.
El universo, complacido,
miraba,
Menuda y sonriente, a esa
niña
Y a su enamorado piel
canela
Pues que en secreto se amaban.
Por tanto Dios quiso, en su grandeza,
Unirlos y que se sepa,
Que se contagie la
humanidad,
Que se adoren hombres y
bestias.
Cupido lanzó sus flechas
Por si acaso y sin
dirección
Atravesando desolados corazones,
Haciendo plagio al amor…
Amorosos versos nos regalas, amiga.
ResponderEliminarSe denota que, sobre todo, amas al amor, y, eso es muy hermoso...es amar por encima de todo a la vida, a los sentimientos que nos elevan más allá de toda la materialidad que nos rodea.
Nunca dejes de amar al amor; porque, los que dejan de amarlo, no viven, sólo subsisten.
Besos
Muy sabios los conceptos vertidos por vos, mi querido Pichy. Ciertamente, quien no ama, muere, despacito va muriendo porque el corazón deja de sentir, de palpitar. Amar al amor, a los hombres como raza, al Universo todo. Muchísimas gracias por tu visita y estas cálidas palabras. Besitos
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