*Cuida tus palabras, piensa antes de pronunciarlas, no
olvides que, como la flecha, cuando las lanzas, no hay retorno.
*Y si debes reclamar, modula tu entonación. Puedes
decir lo que quieras, pero cuida la manera.
*No des consejos que nadie te ha pedido, no ofrezcas
aquello que no te demandaron.
*Sonríe cuando hablas, y notarás cómo las palabras se
endulzan, se tornan tenues melodías, conmoviendo al receptor.
*Se firme en lo que digas pero no te pienses dueño de
la verdad, cada cual tiene la suya ¿De
quién es, en realidad?
*Las palabras son los signos que nos vuelven personas. Significados y significantes deben emitirse con sabiduría, invitando a la reflexión o entregando esperanza.
*Mas no olvides el viejo refrán que dice que si eres
esclavo de tus palabras, eres el dueño de tus silencios ¿Cuál será el
conveniente?
Si pudiste discernir, entonces no hables por hablar.
Si pudiste discernir, entonces no hables por hablar.
*Desiste de los soliloquios que de
tanto rumiar, han perdido el interés en los otros.
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