Levántate, Jalil, recobra asomo de pudor,
si es que te queda. No será con sollozos y lamentaciones que le restituirás la
vida que tú mismo le arrancaste.
No te perturbes, no pertenezco a ellas, las
féminas malignas. Ellas son la cerrazón, yo, el albor ¿No distingues mi luz?
Soy el ángel que trajo a Benazir hasta tu apestoso universo, y lo hice porque
ella fue fiel a tu amor, empero, fuiste incapaz de corresponderle, hombre del
pantano. No te culpo, pobre humano
sombrío ¡Sois tan frágiles, vosotros, los hombres! Te faltó moralidad para
guardar tu recato, aun cuando la mente te revelaba que ella estaba viva.
Te apresuraste, Jalil. No supiste soportar, ni
siquiera probaste escapar de aquí.
¿Acaso supusisteis que había contraído nupcias
con Al-Zugabi, heredero del rey Muley Hacén? Si esa fue la causa de tu vileza,
no eres digno de Benazir puesto que la juzgasteis mal, no la conoces lo
suficiente para saber que ella nunca desistió de tu amor. Penetraste su
interior, saboreaste de su néctar pero no apreciaste su esencia, eres tan ruin
como las féminas del pantano.
Benazir nunca se
sometió a la dinastía Nazarí, prefirió el cautiverio antes que permitir
que su ser fuera mancillado por otro que
no fueras tú. Padeció todas las
vejaciones que una noble puede tolerar, y más también, pero todo lo soportó
pese a que ella te suponía en el Paraíso. Escogió dejarse morir para reunirse
contigo. Su piel lacerada, el piso frío donde descansaban sus huesos
quebrantados, reducida a la condición de cautiva, soportó hambre, frío, peleó
con rudos hombres que intentaban, noche tras noche, vejarla con la connivencia
del Califa que, enfadado por su desobediencia, le arrancó la tiara y la encerró
tras murallas de piedras moriscas.
Ninguno consiguió
poseer a Benazir, fue más fuerte que tú, su amor era mayor que el que tú le
profesaste. Nada logró derrumbarla, su cuerpo enclenque, su aspecto de
pordiosera, no lograron sustraerle la nobleza de su alma. He ahí la razón de mi
piedad. La traje hasta aquí. Lo que nadie pudo, lo conseguiste tú con tu
espantosa confesión ¿Cómo pudiste libar fluidos demoníacos luego de haber
probado las mieles de labios vírgenes y puros?
¡Ya basta! No quiero
oír más sobre tus temores, sólo dime si te avergüenzas de tu flaqueza, dime si
la amas más que a tu propia vida. Sólo así podré ayudarte, pero no digas
falacias, no podrás engañarme ¡Engáñate tú, hombre del pantano! Recuerda que
soy enviada de Alá y todo me es dado saber. Habla ahora o calla para siempre y
olvídate de aquella noble princesa que perdió la tiara por su adorado Jalil. Si
consigues convencerme que un puñal punza tu corazón al verla yerta, sin halito
que la mantenga viva, seré yo quien te la devuelva. Te escucho, Jalil, mas no
te demores; son muchos los que esperan por mí, a ellos auxiliaré, me iré
llevando a Benazir conmigo. Partiremos ambas abandonándote por siempre en este
sucio cenagal hasta que Alá se apiade de ti y te transporte al mundo de los
muertos que purgan sus pecados.
No tan rápido,
caballerizo. Has de expiar tu pecado aquí, muerto en vida, devorador de
carroña, arrastrándote como serpiente por haber mancillado el amor que el
Supremo te ofrendó ¡Pobre infeliz palafrenero! Pudiendo tocar la gloria,
escogiste el infierno.
Ponte de rodillas,
reclínate sobre ella, acaricia sus cabellos, posa tus labios en los de Benazir, dale tu aliento y ella revivirá. Aun
te ama, Jalil, hazlo… Sólo entonces seréis transportados por mí a ese paraíso virgen
que aguarda a los creadores del nuevo orden.
Eres un ángel bien fuerte, jajaja. Narras con amenidad, amiga, De mucho gusto
ResponderEliminarBeso
Y...si se me pone caprichoso este muchacho jajaja gracias, Pichy, besos
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMaravilloso escrito, un relato que sobre coje el alma de tristeza por ese amor mal correspondido. Felicidades Myriam, gracias por tus versos un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEste relato es parte de una novela (a modo de capítulo, creo que inventé un género literario, pues no hay narrador ni descripciones sino que está hecha en base a monólogos), el amor es correspondido pero han de pasar por muchas contingencias antes de conseguir estar unidos, claro que para eso deberías leer todos. Muchísimas gracias por pasar, Hector, abrazos!
EliminarHola mi querida poetisa y amiga, volvi a leer tu fabuloso escrito y sigo pensando lo mismo, eres una magnifica escritora, tus relaltos e hisitorias me fascinan me encanta el nuevo look de los peces y la sirena viajando a travez del escrito. un abrazo de oso amiga querida. Exito en tu vida.
ResponderEliminarAh mi querido amigo Hector, no sólo me honran tus palabras, muy alentadoras por cierto, mucho más me honra tu presencia en mi pequeño y amado mundo donde siento que mis letras pueden explayarse sin temor. GRACIAS, BESOS!!!!
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