Sigilosa, pretendiendo no ser descubierta, casi a gatas, voy
aproximándome al castillo donde habita el dragón que no escupe fuego sino que
guarda escabrosidades, secretos, revelaciones, todo eso que me ayudaría a
comprender el porqué de mi existencia, más siempre aparece ella, su custodia: La
gran SOMBRA negra, viscosa, espesa y maldita.
Cumple su misión, la misión que se
le ha encomendado: “Proteger los secretos a costa de tu malograda esencia” Es
lógico entonces, temerle…Ella no cesará en obstruir la entrada pues debe
preservarse salvaguardando lo que el Castillo escuda, ese dantesco dragón que
devora verdades y vomita falacias, haciendo que todo se torne confuso.
Estoy a punto de conseguirlo, lo presiento. En cuestión de
minutos estaré frente al monstruo catador de realidades ajenas y sé, sí, estoy
convencida de ello, que mi aspecto lo asustará pues, detrás de este rostro
angelical, hay una fuerza arrolladora que mutilará su cabeza para liberar el
pasado que me pertenece, que es mío y en mi poder debe estar.
Cada jornada, puntualmente, desde la firme convicción hasta la
apatía más profunda, no desisto de mi propósito pero ella siempre está alerta,
nunca duerme. La SOMBRA, la maldita y endemoniada SOMBRA que engulle vanidades
y soberbias, no descansa nunca; posee antenas que pueden detectar el aleteo de
un mosquito…Así me siento cuando la veo venir amenazadoramente hacia mí,
dispuesta a acabar con mi vida, y entonces, tal como un mosquito, la pico y
huyo.
Me queda la ilusión de saber que algún día le transfundiré
sangre de piedad y ella morirá, irremediablemente, la guardiana de mi historia
fenecerá… será el momento mismo en que al caer como un velo que de un hilo
pende, habré adquirido la SABIDURÍA para continuar por este sendero que me ha
sido asignado, con la frente en alto… vencedora y no vencida.
Ilustración: "LÁGRIMAS POR REPARAR" de Oswaldo Mejía
Me gusta ese metamorfismo a mosquito "piquijuye" vengador...
ResponderEliminarJajajaja me hiciste reír, y eso que el relato tiene una fuerte carga de dolor. Besos y gracias, querido Theo.
EliminarTe ha quedado estupendo, amiga. Ahora te queda por escribie El dueño de tu risa.
ResponderEliminarTienes una imaginación...como para envidiar.
Besos y buen finde!
Jajaja sí, Pichy, por estos días tengo alojado en mi casa al dueño de mis risas, Johnny Nalvarte, un amigo peruano que vino por un par de semanas a Argentina y lo secuestré, nada de hotel, si yo tengo un dormitorio para él, y cómo nos divertimos. Besitos, gracias por pasar y dejarme siempre tu huellita.
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