En el
silencio de esta quietud
En que
el tic-tac incansable
Marca
el devenir de las horas
Que
transcurren con parsimonia,
Dilatando
mi agonía,
Extraviada
en la demencia
De no
someterme a esta realidad
Que se
impone cruelmente,
No
hallo consuelo ni resistencia
Para
vencer la muralla
Que
reduce mi existencia
A este
sombrío aislamiento.
Muy bien se me da, amiga, este existencial poema.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, querido Pichy, besos. TKM
ResponderEliminar