No se han extinguido las alas.
Se ahogaron las esperanzas,
Desertaron las
fantasías,
Se disiparon en la espera.
Se cansaron de volar,
Tienen miedo a despertar,
A jugarse por
amor,
Y que el amor los traicione.
No hay perfidia en el amor.
Son instantes de desencuentros
Por
circunstancias ajenas
Que van sofocando
el fuego.
¡No se pueden acabar las alas!
No debemos consentirlo.
Amparemos a esos seres
Que habitan en nuestro cielo.
Enmendemos
sus alas,
Restituyámosle los sueños,
No dejemos que se mueran.
Necesitamos de ellos…
Muy bien dices, amiga.
ResponderEliminarBeso
Cómo agradecer tu constante presencia, Pichy, mi consecuente y estimado lector. Besos ¡GRACIAS!
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