Fueron tus
besos, escasos.
Fue tu
presencia, carencia.
Fuiste la madre
distante.
Fuiste el abrazo
negado.
Y sin embargo
Mis ojos te
buscaban,
Y mis manos se extendían
Intentando
aferrarte.
Mis labios
sonreían,
Cada vez que te
veía.
Acaso no lo
notaste;
Tu mundo nunca
fue mío.
Más hoy, en el
ocaso
De tu vida y de
la mía,
Quiero darte las
gracias
Por enseñarme a
ser madre.