-¿Cómo es que llegué aquí? ¿Qué es este lugar, dónde
estoy? ¡¿Dónde, dónde?! ¿Cuánto tiempo llevo en esta jaula? ¿Qué le sucedió a
mi cuerpo? No, esto no está sucediendo; estoy sumido en una pavorosa
alucinación… No soy yo; no soy este monstruo de osamenta cubierta con filosas
escamas color verde musgo… ¿Por qué habría de adoptar la forma de inmundo reptil alado?
¡Alas! Tengo
alas… ¡Grandes alas! Pero… ¿Para qué me sirven dentro de esta jaula? ¡Esta pesadilla
es real! Y si es real, quizás tenga el poder de volar sobre… ¿Sobre qué?
Me resultan
extraños estos parajes ¿Y la jaula? ¿Por qué estoy aquí, Rey Celestial, por
qué? Tengo las piernas entumecidas. Debo llevar una eternidad en cuclillas…
pero esta maldita jaula no me permite variar mi incómoda posición. Los barrotes
prensan mis alas contra el tórax. Casi no puedo respirar ¡El pánico va a matarme!
¡Esto debe ser el infierno!
Pero ¿Qué es
esa lucecita que se cuela desde arriba, por entre las escaleras? Desde allí
llega una brisa agradable, como un aliento a cielos benévolos y acogedores.
Debo alcanzarla. Huiré de esta celda de barras de acero. Justo Alá, permite que
mis debilitadas manos destrocen los barrotes que me recluyen en este cruel
aislamiento ¡Ahhhhhhhhhhh! Fuerza, vamos, no te rindas, sí puedes, sí puedes,
Ahhhhhhhhhhh…Ahhhhhhhhhhh…Ahhhhhhhhhhh! ¡Sí, lo voy a lograr!
*¡El extraño
intenta huir! ¡No lo dejen escapar!
-¿Quién grita?
¿Quiénes son ellos, los que vienen hacia aquí? ¡Debo darme prisa! Puedo oír sus
respiraciones y sus pasos apresurados acercándose. Debo alcanzar esa luz que
resplandece por entre las escaleras. Oh, maravillosa luz que alimenta la
claridad, no importa hacia donde me conduzcas mientras me saques de esta
cerrazón…Hacia allí me dirijo, sí, ella es la señal del sendero que me
restituirá a la vida.
*¡Centinelas!
No dejen escapar al extraño, va hacia las escaleras ¡Atrapadle!
-Ala, dame arrojo
para conseguirlo, me ahogo. Mi Dios, no consigo respirar, el túnel se estrecha
más y más. Mis alas rozan contra las aristas de las paredes del túnel. Me
duele, me duele mucho. Trozos de mi carne ensangrentada se pegan a los muros,
sangre de mis venas, carne de mi cuerpo, duele, duele mucho ¡No renuncies, no
lo hagas! No importa que mis alas se quiebren, tampoco importa el fuego
quemando las entrañas, ni el polvo que aspiro ¡Concéntrate en la luz, sigue,
sigue! Ya falta poco… duele, duele
mucho…Tres metros, dos, sólo uno más, vamos, vamos, la luz es la escapatoria,
la luz es la esperanza…
*¡Centinelaaaaas!
¡El extraño está subiendo por las escaleras! ¡Atrapadleeeeeeeeeeee!
-¡Ahhhhhhhhhhh!
¿Quiénes sois vosotros, hombres acorazados? ¡Sacad vuestras tajaderas que
laceran mi pecho! ¡No serán sus pequeños pinchos los que me obstruirán la salida!
¡Ajjjj…Ajjjj…Ajjjj! Jajá No pudieron, jajá jajá Logré desarmarlos, mis dientes afilados
han truncado sus inútiles dagas, ¡imbéciles! ¡Yaaaaaaaaaaaa, es mío el claror,
lo logré! Sólo debo llegar al ventanal por donde ingresa esa divina luz.
*¡Matadle, que
no alcance el ventanal! ¡Inservibles! Usen los arcos y flechas.
- Correr,
correr y saltar al vacío ¡Ahora!
¡Diosssssssssssss,
noooooooooooooo! ¡Mis alas no me obedecen! ¡Voy a estrellarme! Debo aletear con
más fuerza ¡Eso, eso! Lo estoy logrando…
*¡Quince
monedas al arquero que lo derribe!
-¡Lo logré!
Estoy volando, puedo planear…Qué excitación asombrosa ¡Soy un ángel! ¡Sí, eso
soy!
*¡Disparen
malditos, o han de probar mi ira!
-¡Oh,
Noooooooo! Ajjjjjjjjj ¿Qué es esto que
me quema el pecho? ¡Maldición, me han da…do…! Ahhhhhhhhhhh…
*¡Está cayendo
el extraño! ¡Le di en medio del corazón!
*Jajaja Menudo
porrazo que se ha dado contra el piso.
-Muerdo el
polvo, su sabor salado invade mis vísceras, voy a morir, voy a morir, mi alma
se desprende del repugnante cuerpo en que habito… Adiós, adiós…
Pero ¿Qué
acontece? Siento que la tierra me engulle y absorbe en su seno ¿Es que no he
muerto? Estoy sumergido entre agua mansa
y apacible, su tibieza me acoge, la siento delicada, tersa, mis manos se
aferran al cordón que me nutre, giro, doy vueltas.
No tengo piel
de reptil, ni alas. Estoy en paz, el miedo no tiene cabida en mi nuevo cosmos. El
silencio, la ternura, el manso mar que me alberga…Reina la oscuridad, empero,
mi espíritu es luz, y el amor es soberano…
Puedo recordar
lo acontecido: sufrí condena y confinamiento por haber faltado al amor; sí,
todo empezó como condena por haber fallado a la sublime devoción de mi dulce
Benazir. Ahora lo recuerdo claramente…
¡Oh! ¿Qué
ocurre? ¿Tiembla mi hogar? ¿Y estos estertores? Siento miedo, el mar se ha
secado, pastosa lámina recubre mi cuerpo frágil ¡Otra vez tengo miedo! Mi
cráneo se oprime, me atormentan las convulsiones del gusano que me expulsa de
sí. Angustia, recelo, pánico, ceguera… La luz que me alumbra no es fiel amiga,
es la que obnubila mis sentidos…
¡Ahhhhhhhhhhh…
¡Siento que me asfixio! ¡No puedo respirar! Sé fuerte, inhala profundo, Jalil,
vamos, hay oxígeno, puedo olerlo ¡Aspira, aspira o perecerás!
¡Ahhhhhhhhhhh…Obtuve
la gran dosis de oxígeno que colma mis pulmones! ¡Estoy volviendo a la vida!
¡He vuelto a nacer!
Me siento dinámico,
henchido de vida. En este mismo instante, sin pérdida de tiempo, debo ir por
Benazir.
Pobrecilla…Cuánto
estará sufriendo…pobrecilla mi niña… No desesperes amor mío… No sé dónde estoy,
pero sigo siendo tu hombre, y por ti combatiré contra quien se interponga, más
no te dejes subyugar por la desesperanza.
Cuando vuelva
a estar a tu lado, recuerda, señora, el Nuevo Orden. Tú parirás mis hijos,
agraciados como tú, pujantes como yo, más con la magnánima esencia que la
humanidad extravió. Se postrarán hombres y bestias ante ellos, sangre de
nuestras sangres… seremos Adán y Eva, no lo olvides, Benazir…
Estoy yendo
por ti…
Autores
del texto: Myriam Jara & Oswaldo Mejía
Ilustración:
“MELODY ZEP” de Oswaldo Mejía