Engalanada con delicados lienzos de
transparente seda
De mansas tonalidades persas,
Hallábase la dulce Benazir
En los jardines del Palacio.
Adornaba su cabellera
Una corona de diamelas
Extirpadas de verdosos follajes.
Perfumábale la tersa piel
El aroma de exóticas flores
Tan blancas como su tez.
Condenada por su padre a despótica reclusión,
El cruel Califa Zulficar,
Custodiada por centinelas y damiselas
Tras
extensas almenas,
Malecones de piedras moriscas,
Eran murallón infranqueable
Para llegar a Jalil,
El moreno palafrenero
Que invadió de sueños a la niña
Con historias de dragones
Y seres alados que entre estrellas deambulaban.
Mientras por él suspiraba,
Lamentabase de su mustia suerte
Al no abrigar en sus manos el corazón
de su amado.
Privada del gozo de rozar su
acanelada piel,
Lograba arrancar de las cuerdas
De su confidente y bienquisto Laúd,
Melancólicas letanías
Que
le hablaban de su venerado.
Más cuando el llamado a la oración
Era reclamado por el ocaso,
Se le enlutaban los ojos
A la noble y sensible Benazir.
Arrebujada en su aposento,
Cautiva en fastuosa habitación,
Soñaba la joven en medio de su
desdicha
Con traspasar las murallas
Y correr a los brazos de su adorado mancebo
Que del otro lado esperaba ansioso
Las lejanas luces del nuevo amanecer
Abrigando la esperanza inútil,
De postrarse ante su noble niña
……
# ¡Alá, te lo suplico!
No permitas que cese el ardor,
Que no se extingan las lumbres
De este sagrado amor…#
……
*Ay, mi remota estrellita,
Hija de la constelación,
Abandonaste tu cielo
Para venir hacia mí.
Vislumbro tu brillo urgente
Reclamando penetrar por mi ventana.
Portadora de pasión,
Ya percibo tu aroma… Ya siento tu
calor.*
……
#Soy cometa surcando los siete
cielos,
Soy tu esclavo y tu señor.
Voy a trepar por tus sedosas trenzas
Y colmarte con mi pasión.
Más si nuestro destino escrito está
Ni la sentencia del Califa logrará
impedir
Que aguarde toda mi vida para
Cubrir tu piel y henchir tu alma con
mi amor. #
……
No logrando concretar
En este plano tan sublime devoción,
Se fugaron los amantes.
Jalil secuestró a Benazir
Ante el iracundo Zulficar.
Al ver mezclar su linaje con la
plebe,
Congregó a las huestes de su ejército
medieval
Que de inmediato fueron tras ellos
Mancillando y regando de inocente
sangre las calles
De aquel desconsolado pueblo en
duelo.
Aconteció en una noche prieta
Cual fauces de chacal famélico,
Noche de cerrazón.
Conspirando la galaxia toda,
Suprimió el fulgor de los
resplandecientes astros
Que iluminaban la bóveda
Del reinado de Granada.
Más no hubo desasosiego en la aldea
Por la negrura imperante
Cuando distinguieron en el cielo
A dos estrellas fugaces.